miércoles, 20 de junio de 2012
Añoranzas a las 6 de la mañana...
Amanecía un día tras otro
y la luz era siempre luz,
y la noche una sábana que la cubría.
Una sucesión mecánica de días y noches.
Y llegó Él,
y al rozarla sintió que su piel era suya,
y al besarla, que su boca por fin le pertenecía...
...que Ella entera era una unidad
que tenía sentido.
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