martes, 6 de octubre de 2009

CUANDO EL AJO AJADO COMIENZA A ANDAR





Os presento al protagonista de este día: el Ajo Ajado.
Me gusta su simbología, el propio sonido de las palabras de su nombre la evocan. Habla de una piel rota, resquebrajada, dolida, de heridas que llevas en tí, que se produjeron cuando ya no podías más y sentiste que te rompías por dentro, como un sonido de rasgado interno. Luego cicatrizaron, pero aún hay momentos en que esas heridas supuran, y cuando ya crees que están bien cerradas sucede algo que las abre.
Y luego vuelven a cerrarse,
a supurar,
a secarse.
Pero cuando sin dar tiempo a cerrarse vuelve a haber algo que te rasga el interior...
... un zarpazo de la vida que te llega, que aunque lo ves venir no lo sabes esquivar. Entonces empiezas a sentirte como un auténtico Ajo Ajado, con una piel fina y resquebrajada.Pero lo que al principio no sabes, lo descubres con el tiempo, es que esa fina lámina que te envuelve esconde tras de sí un corazón fuerte. De ahí el título que he escogido para este primer día. Hay que hablar de que todo puede cambiar, pero solo si uno mismo se lo propone. Los logros no llegan sólos, hay que tener una disposición para animarlos a que lleguen. Hay que andar, proyectar y trabajar por algo. Puede que no alcances ese algo, pero por el camino del intento aparece algún que otro un regalo, una aportación preciosa de la vida. Quizás una persona especial que conoces y te enriquece, un trabajo nuevo, un nuevo pequeño hedonismo de la vida...No sé, pero al menos hay que intentarlo, ¿no? Si no viviríamos como vegetales sin alma . Especifico lo del alma de los vegetales, porque hay quienes dicen que tienen una, nadie sabe...

















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